miércoles, 15 de diciembre de 2010

Elegite uno

Y elegí "Trece maneras de mirar a un cuervo", de Fabián Casas. Casi que me emociona Casas cuando le escribe al padre o la madre...


UNO

El hombre sueña que es un hombre
y el cuevo sueña que es un cuervo
Nunca se ponen de acuerdo

DOS
En un baile, el Cuervo se reencuentra
con su primera novia.
Deciden irse a vivir juntos
Y poner una verdulería en la costa
Compran un caballo y entre sus pertenencias
cargan a la cuñada del Cuervo.
Una hermana mayor que usa vestidos
largos y floreados
y hace ruido con la boca cuando come.
El caballo se llama Corto.

TRES
Todo el día trabajando
con la cancha inclinada.
La novia, que era prostituta,
vuelve a serlo.
Si no fuera que es cierto,
esto parecería un relato de Onetti.

CUATRO
El Cuervo cae enfermo,
la novia se las toma.
La mujer que hace ruido con la boca
le confiesa que no es la hermana,
sino la madre.
El Cuervo suda por las noches
y piensa que va a morir.
La mujer lo cuida
untándole barro en la panza
y dándole té con canela.
Esto sucede en un cuartucho
de la parte de atrás de la verdulería
que ya no funciona.
El olor de las verduras y de las frutas
[fermentadas
se mezclan en los sueños del Cuervo

CINCO
Entonces, el Cuervo se recupera.

SEIS
Pasa todo un día gritando
el nombre del caballo
en un descampado
que crece detrás del negocio,
contra el bolsón de oscuridad
donde viven los que no tienen
dónde caerse muertos.

SIETE
Junta sus pertenencias
y saca un pasaje.
Vuelve al barrio
que le parece más ruidoso

OCHO
Todavía hay teléfonos grandes y ruidosos.
Grabados de dos cintas inmensas.
Trenes largos y pesados que surcan
el país. Alguien se puede sentar
en un coche comedor y escribir
mientras la máquina avanza
en la Gran Llanuera de los Chistes.
Los chicos juegan en la calle.
Los policías cuidan las esquinas.
Los Compañeros están en veremos.
Hay cines en los barrios
y nadie puede entrar a ver una película
con cinco panchos en la mano.
La cancha de su equipo del alma
está en su lugar original. Y parece inamovible.
Largas paredes de gente, con sombreros,
siguen impacientes los movimientos
supremos de Farro, Pontoni y Martino

NUEVE
En otro baile conoce a una mujer joven.
Se casan, tienen tres hijos.
Y empieza a usar sacos extravagantes.

DIEZ
A mitad de camino
muere su mujer.
El Cuervo se queda solo
y empieza a sentir una falla
en su estado de ánimo
y en el oído derecho

ONCE
El Cuervo posó
en la frente de un edificio blanco
para dolor de cabeza de los
fotógrafos que tenían que
retratarlo sin nada.
Ellos quieren al edificio
para una postal hermosa
de la ciudad de estudiantes
de Iowa City. Le tiran piedras y
le gritan, pero el Cuervo no se inmuta.
Desde arriba, los ve diminutos
Y graciosos. El Cuervo hace lo que quiere.

DOCE
Ahora salta y se sotiene en el aire.
Nunca imiten al Cuervo en sus casas.

TRECE
Tal vez por restos de la película mal digeridos
que dejó de ver cuando se durmió,
el Cuervo sueña que está desnudo
en un baño turco luchando con dos tipos
que lo quieren matar. Uno de ellos
es su hijo mayor. No lo puede creer.
Y está sangrando por las heridas
cuando se despierta y escucha el ruido
del reloj. De golpe, los 81 años sobre la tierra
pasan frente a sus ojos
como panes de azúcar
que la lluvia puede desintegrar.
En la mesita de luz está
la dentadura postiza
flotando boca abajo
en un vaso de agua.
Los lentes para leer
y las pastillas de miel que come
desde que hace mucho
dejó de fumar. En el cajón,
un paquete de viagra. Y un consolador
negro y largo como una morcilla.
En el piso, la pelela hedionda
rodeada de revistas deportivas
que estuvo leyendo en voz alta-
La pieza está oscura.
Afuera el día resplancede.
El Cuervo se endereza en la cama
Y siente un ligero picazón en la próstata
y un gusto pastoso en la boca. Y
el deseo, primero, desordenado,
anárquico de volar.

Entonces salta y se sostiene en el aire.

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