jueves, 30 de diciembre de 2010

Mi cocina como caja de Pandora II

Le alcanzo un Atlas que tengo y el tipo me señala un lugar. "Irán, Irán", balbucea. Quizás por eso me pidió levantar una granja en mi propia cocina. (Todo lo interpreto con las señas que me hace, su idioma es muy confuso para mí, quizás sea hebreo o algo parecido). Recuerdo que en la escuela secundaria me insistían con el nacimiento de la civilización en el oriente medio y la medialuna fértil que se formaba en la zona. Eso, más el video "Do it again" de los Chemical Brothers, me hicieron recordar la importancia del ganado para sus habitantes. Entonces le ofrezco el lavadero para que tenga una cabra y, por el momento, se maneje con eso. Todavía no contestó a mi propuesta. Necesito que la acepte porque lo veo ansioso y eso me preocupa.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Dos paradigmas, un movimiento (ensayo a revisar)

El punk tiene marcadas orientaciones. La idea entonces es tomar dos corrientes: aquella comandada por grupos que marcan una tendencia en la estética del arte, por caso los Sex Pistols, Buzzcoks o incluso Damned, más cercanos desde la imagen al dadaísmo que al rock de la época, y por otro, el irrumpimiento que encabeza The Clash. Este último en su relación con el rocksteady, con una posición más orientada a la crítica político-social. Cabe la aclaración del término "política" como significante flotante y su segmentación en dos procesos, simplemente calificatorios.

Parte I: La época del arte como reproductibilidad técnica, pero sacrilégica

Los vanguardistas inclinados a la rebelión de arte, conjuran la política con un costado revolucionario crítico hacia la jerarquización artística que, de manera taxonómica, decide pretenciosamente que se desecha y que no en términos valorativos. Contra esto, el punk arremete con el "hágalo usted mismo": no hay que saber tocar eruditamente para formar una banda, el rock es libertario y la sociedad del espectáculo que acartona los géneros sucumbe. La industria cultural es la mismísima mierda. Mc Laren se llenó los bolsillos con los Sex Pistols, pero el mensaje no era excatamente la supresión de un capitalismo acabado, sino apedrear los lineamientos pactados por aquellos sectores que se autoproclamaron meritorios de llevar la corona y el bastón de lo que las personas debían consumir. La imagen parte en mil pedazos los modelos de lo vendible, y las crestas o alfileres de gancho en el cuerpo atraviesan la nueva escena. Esto es política. El nuevo glam desde New York Dolls hasta los Mifits, es político. Me permito entonces hablar de una estética vanguardista.

Parte II: El monólogo de los Clash

En cuestión de cronologías, amerita en una segunda parte referenciar a una nueva corriente que apela a otro sentido en la circulación y recepción del punk: la crítica social y política. En los primeros "terroristas" del arte lo que se cuestinaba eran las corrientes de poder en su totalidad, sin apelar a actores sociales diferenciados. La autogestión era para todos: todos pueden hacer todo, y quienes dirigen la sociedad como un ente totalizante no comandan ninguna razón. El arte heredaba los conceptos libertarios de la anarquía. A las claras, el punk era el síntoma en términos de Zizek. Y lo seguirá siendo a principios de los 80' con The Clash: el punk es de los oprimidos, de la clase obrera inglesa, de la pobreza de los barrios más deplorables de Kingston. La contratapa del disco "The Clash" en los suburbios, la letra de "Police and thieves" y las manifestaciones de los trabajadores en Londres sirven como expresión, al igual que los ritmos de los oprimidos en "Sandinista". La política en estado puro, centralizando la protesta. Música para las masas, pero para las masas postergadas. La TV oprime, hay que salir a la calle a ganarse el lugar ("Negro o blanco a encenderlo, se enfrentan a la nueva religión. Todos sentados alrededor de la televisión. Londres se quema!") Las letras encabezan, la estética rockabilly acompaña.

Argentina: rock de protesta y decáda infame

En la Argentina, el punk va de la mano con el comienzo de los 80', la dictadura decandente y los primeros gritos de rabia en el rock. Por esos tiempos, bandas como Los Laxanates, Los Baraja o Los Violadores exploraban el submundo de lo alternativo y se enfrentaban a los intentos hegemonizantes de encasillar la música creciente y joven que empujaba los restos de lo pacato. Los Violadores compraron estética y protesta, variable artística y connotaciones políticas. El tiempo los hará tambalear y por momentos se condensarán en las corrientes de un nuevo rock argentino comercial y acartonado. Los restos que dejó esta primera oleada, más los resabios de otras tantas como Todos Tus Muertos, no llegaron a imponer un legado fuerte en la escena. Más allá de esporádicas apariciones de grupos minoritarios y cortos en el tiempo, como los hardcore o bandas punk menores, el movimiento no logró asegurarse la vanguardia de la protesta. Los 90' traerán consigo un nuevo frente encabezado por bandas como 2 Minutos: es el surgimiento del rock barrial y el canto a lo inocuo. Así, las letras se perfilan para solventar temas de amores baratos, la birra, el barrio y el fútbol. Pero no el fútbol de "Represión" ("fútbol, asado y vino son las cosas del pueblo argentino") sino el fútbol que marcha hacia el opio.

Police on my back

Finalmente, en la estirpe de lo decible, este análisis lleva a un capítulo aparte comandado por la policía como sujeto social. No existe en el denominado "nuevo punk argentino", una crítica a lo policial como parte de un aparato ideológico althusseriano. La policía aparece en el imaginario de las nuevas bandas como una institución generada para soportar el aparato estatal y ser el brazo armado que ayuda a perpetrar un método de producción opresor en términos marxistas. Ahora se trata de el policía "del barrio", "el que nos viene a sacar porque estamos la birra". "Descarten los tubos, empiezen a correr, la yuta está muy cerca..." (2 Minutos). No es el mismo policía que mató a Santillán o a Kostecki, no es el del gatillo fácil, es una analogía de Matute de Don Gato. "Está todo bien, si no me jode, yo no lo jodo": no se lo cuestiona, se lo asimila y se lo respeta como parte del mismo submundo. Y entonces el punk deja de romperse el lomo para mostrar miserias y se dedica a darle la mano a las FM que "cada tanto le pasan un temita". Son los nuevos tiempos, no sólo en la Argentina sino en el mundo que encabezan los Green Day, mano derecha de la industria cultural.
Q.E.P.D., gracias por todo. El punk ha muerto, y que viva el punk


*Apartado: el valor residual de Flema

Imposible dejar de lado a Flema, la banda del fallecido "Ricky" Espinosa, quien con sus nuevas insignias supo darle, por un instante, el lugar que el punk se merecía. Rolling Stones, el skate, la cumbia, Beethoven y el tetra-break como signos reciclables de una cultura que todo lo desecha. Entender esto es entender, como señala Stuart Hall, la simbología nazi usada por los Sex Pistols.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Boicot en clase de Lacan

En el momento que estaba leyendo algunas cositas de Debord, de la Internacional Situacionista y del Cabaret Voltaire (entre otras cosas) me encuentro con esto, que cool...!


miércoles, 15 de diciembre de 2010

Elegite uno

Y elegí "Trece maneras de mirar a un cuervo", de Fabián Casas. Casi que me emociona Casas cuando le escribe al padre o la madre...


UNO

El hombre sueña que es un hombre
y el cuevo sueña que es un cuervo
Nunca se ponen de acuerdo

DOS
En un baile, el Cuervo se reencuentra
con su primera novia.
Deciden irse a vivir juntos
Y poner una verdulería en la costa
Compran un caballo y entre sus pertenencias
cargan a la cuñada del Cuervo.
Una hermana mayor que usa vestidos
largos y floreados
y hace ruido con la boca cuando come.
El caballo se llama Corto.

TRES
Todo el día trabajando
con la cancha inclinada.
La novia, que era prostituta,
vuelve a serlo.
Si no fuera que es cierto,
esto parecería un relato de Onetti.

CUATRO
El Cuervo cae enfermo,
la novia se las toma.
La mujer que hace ruido con la boca
le confiesa que no es la hermana,
sino la madre.
El Cuervo suda por las noches
y piensa que va a morir.
La mujer lo cuida
untándole barro en la panza
y dándole té con canela.
Esto sucede en un cuartucho
de la parte de atrás de la verdulería
que ya no funciona.
El olor de las verduras y de las frutas
[fermentadas
se mezclan en los sueños del Cuervo

CINCO
Entonces, el Cuervo se recupera.

SEIS
Pasa todo un día gritando
el nombre del caballo
en un descampado
que crece detrás del negocio,
contra el bolsón de oscuridad
donde viven los que no tienen
dónde caerse muertos.

SIETE
Junta sus pertenencias
y saca un pasaje.
Vuelve al barrio
que le parece más ruidoso

OCHO
Todavía hay teléfonos grandes y ruidosos.
Grabados de dos cintas inmensas.
Trenes largos y pesados que surcan
el país. Alguien se puede sentar
en un coche comedor y escribir
mientras la máquina avanza
en la Gran Llanuera de los Chistes.
Los chicos juegan en la calle.
Los policías cuidan las esquinas.
Los Compañeros están en veremos.
Hay cines en los barrios
y nadie puede entrar a ver una película
con cinco panchos en la mano.
La cancha de su equipo del alma
está en su lugar original. Y parece inamovible.
Largas paredes de gente, con sombreros,
siguen impacientes los movimientos
supremos de Farro, Pontoni y Martino

NUEVE
En otro baile conoce a una mujer joven.
Se casan, tienen tres hijos.
Y empieza a usar sacos extravagantes.

DIEZ
A mitad de camino
muere su mujer.
El Cuervo se queda solo
y empieza a sentir una falla
en su estado de ánimo
y en el oído derecho

ONCE
El Cuervo posó
en la frente de un edificio blanco
para dolor de cabeza de los
fotógrafos que tenían que
retratarlo sin nada.
Ellos quieren al edificio
para una postal hermosa
de la ciudad de estudiantes
de Iowa City. Le tiran piedras y
le gritan, pero el Cuervo no se inmuta.
Desde arriba, los ve diminutos
Y graciosos. El Cuervo hace lo que quiere.

DOCE
Ahora salta y se sotiene en el aire.
Nunca imiten al Cuervo en sus casas.

TRECE
Tal vez por restos de la película mal digeridos
que dejó de ver cuando se durmió,
el Cuervo sueña que está desnudo
en un baño turco luchando con dos tipos
que lo quieren matar. Uno de ellos
es su hijo mayor. No lo puede creer.
Y está sangrando por las heridas
cuando se despierta y escucha el ruido
del reloj. De golpe, los 81 años sobre la tierra
pasan frente a sus ojos
como panes de azúcar
que la lluvia puede desintegrar.
En la mesita de luz está
la dentadura postiza
flotando boca abajo
en un vaso de agua.
Los lentes para leer
y las pastillas de miel que come
desde que hace mucho
dejó de fumar. En el cajón,
un paquete de viagra. Y un consolador
negro y largo como una morcilla.
En el piso, la pelela hedionda
rodeada de revistas deportivas
que estuvo leyendo en voz alta-
La pieza está oscura.
Afuera el día resplancede.
El Cuervo se endereza en la cama
Y siente un ligero picazón en la próstata
y un gusto pastoso en la boca. Y
el deseo, primero, desordenado,
anárquico de volar.

Entonces salta y se sostiene en el aire.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Mi cocina como caja de Pandora

Hace tres meses que hay un tipo atrás de mi heladera. Lo descubrí una noche de no-calor, cuando fui a satisfacer un antojo de queso rallado. Ahora, cada vez que voy a la cocina, lo saludo y él me responde con un gesto. Si estoy de humor, le convido una aceituna.

El tipo sigue ahí, acurrucado y muy nervioso...

jueves, 2 de diciembre de 2010

"Green Day no es punk"

Mientras sigo recabando y articulando información para mi tesis sobre el punk, transcribo nota de Página 12 a Pete Shelley, de Buzzcocks, antes de tocar el 26/11 en el teatro de Flores...


Por Luis Paz

Como para demostrar que el mundo ha vivido equivocado y mientras los principales mercados eran dominados por Diana Ross (Estados Unidos) y ABBA (Reino Unido), el 4 de junio de 1976, Howard Devoto y Pete Shelley debían cancelar su show en el Free Trade Hall de Manchester con los Sex Pistols porque el resto de su grupo, Buzzcocks, no apareció. A partir de entonces, la historia demuestra que Buzzcocks articuló tácitamente toda la escena de Manchester: trabajaron con Tony Wilson cuando era conocido como comunicador y no como promotor, grabaron Spiral Stratch con producción de Martin Hannett (que luego se convertiría en productor top de la movida) y dieron forma a la poética de la angustia que mistificaría a Ian Curtis, aunque con la ironía más presente. Ni Control ni 24 Hour Party People son fieles a la importancia (tal vez accidental) del grupo que Shelley llevó adelante luego de la salida de Devoto, que armaría Magazine. Dice Shelley: “Esas películas son sobre Tony, el tipo que cohesionó a la escena; e Ian, el tipo que la resume. 24 Hour Party People fue una comedia, ésa no fue la historia verdadera. Los Buzzcocks siempre estuvimos en el lado B de la historia, salvo ahora que ya la industria no deja que haya lado B: simplemente estamos fuera del lado A”.
Pete Shelley se entera de que hace un mes, en esta misma ciudad en la que tocará el 26 de noviembre, Green Day actuó frente a 35 mil personas: “Green Day no es punk; no sé si hay punk hoy. A ese nivel, seguro que no. Tocar para esa cantidad de gente no tiene que ver con el punk. El hacelo vos mismo tuvo que ver con que nadie se fijaba en vos porque el punk no era algo que pudieran convertir en una moda y porque no estábamos de acuerdo con una industria manejada por carroñeros. La industria hoy vende las sobras de un pasado que no le pertenece, como hacen con el punk. Si hasta los Jonas Brothers usan una estética que viene del punk”, tira este punk original.
Una relación angustiante con todo, un nihilismo cerrado y un sentido del humor corrosivo originado en una seria mirada sobre el entorno fueron los distintivos que hicieron de Buzzcocks una banda tan singular, junto a las guitarras galopantes, el bajo en corcheas y la batería opaca y violenta. “Siempre fui serio. El humor fue el modo que encontré para denunciar todas las estupideces que se hacen a diario”, explica. Y con ese humor también venía una obra situacionista, que buscaba generar espacios de ruptura a partir de desnudar las miserias e idioteces del modo occidental: “Fijate en Orgasm Addict, que para algunos es una canción tonta, Ever Fallen in Love pero lo que está proponiendo es el problema de sobredimensionar el sexo”, dice Shelley.
Orgasm Addict y Ever Fallen in Love (With Someone you Shoudn’t’ve), por caso, les propiciaron el mote de “banda de singles”, aun cuando han editado álbumes hilados (como sus fundamentales Another Music in a Different Kitchen, Love Bites y A Different Kind of Tension). Incluso Ever Fallen in Love fue reversionada en 2005 para un disco homenaje al legendario DJ británico John Peel por cuatros de copa como Elton John, Robert Plant, Roger Daltrey y Roger Waters. Shelley, que viene en compañía del histórico guitarrista Steve Diggle, el bajista Chris Remington y el baterista Danny Farrant, no ve mal aquello de “la banda de singles”. En última instancia, también eso es hoy una posibilidad: “El iPod ha vuelto a poner al single en foco. Es la nueva radio; pero así como en la radio había buena música y basura, en iTunes hay algunas cosas buenas y mucha mierda”.