jueves, 30 de junio de 2011

Moholy


Moholy-Nagy aparece como uno de los personajes principales para crear un sello identitario con el cual se identificó a la Bauhaus desde la década del 20'. A pesar de no formar parte del núcleo fundacional ni estar presente en los primeros manifiestos, Gropius lo elegió para dirigir el curso preparatorio después de que Itten abandonara la escuela. Las ideas claves de Moholy vienen por el lado de la conciliación técnica/industria/racionalización con las prácticas individualistas y artesanales del hombre. Supo reconocer los defectos de los avances tecnológicos, pero también encausarlos para que estos pasen a estar al servicio de la humanidad, no cayendo ni en un romanticismo negativista ni en las promesas de prosperidad del capitalismo moderno. El tipo se consideraba pintor (plasmó cosas muy interesantes en este rubro) pero la fotografía y el uso artístico de la luz es lo que siempre se le va a destacar, tanto por sus métodos innovadores como por la calidad de sus obras.





Ahí van algunos trabajos...























sábado, 16 de abril de 2011

Embriagaos

Baudelaire en "El spleen de París"

Hay que estar siempre ebrio. Todo consiste en eso, es el único tema. Para que no sintáis la horrible carga del tiempo que os destroza los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaos siempre. ¿Pero con qué? Con vino, poesía o virtud; a vuestro gusto. Pero tenéis que embriagaos. Y si a veces, en las escalinatas de un palacio, en la verde hierba de una zanja o en la triste soledad de vuestro cuarto, os despertáis con la embriaguez disminuida o desaparecida, preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al reloj, a las aves, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntad que hora es; y el viento, la ola, la estrella, el reloj y las aves os responderán: "¡Es la hora de embriagarse! Para no ser esclavos martirizados del tiempo, embriagaos, embriagaos constantemente. De vino, de poesía o de virtud; a vuestro gusto."

viernes, 8 de abril de 2011

Bafici 2011

"Guerra civil", primera peli que vi del Festival de este año. Me gustó. En Rui, el personaje principal, confluye toda esa oscuridad que llevamos como mochila por pertenecer al mundo de los seres incompletos.

"Verano del ’82, en una playa del sur portugués. Por ahí andan Rui, un adolescente casi autista que escucha Joy Division o dibuja cuando debería estar estudiando y que tiene un ratón blanco como único amigo, y su madre Helena, quien lo reta más por los nervios que le provoca su affaire con un joven que por verdadero enojo. Rui espera al padre sólo para que le traiga una púa de tocadiscos; Helena espera al marido con inquietud por el fin de su aventura. Y también está Joana, una chica de espíritu libre, tal vez demasiado linda, con demasiado carácter y demasiados amigos para el tímido Rui. Contada primero desde el punto de vista del muchacho y luego desde el de su madre, la película de Caldas construye, entre playas y árboles y el sol de Portugal, el retrato luminoso de unos personajes más bien oscuros, que no pueden comunicarse entre sí ni salir de su soledad, que giran en círculos sobre su propia, chirriante soledad; que no quieren o no saben crecer, y que descubren con espanto que el amor, su ausencia o lo que sea que sienten va a terminar por desgarrarlos."





La info de Pedro Caldas, el director...


Nació en Lisboa, Portugal, en 1958. Se graduó de la Escuela de Cine de Lisboa, y es uno delos fundadores de la compañía productora TropicoFilms. Realizó el largo documental Entradaem palco (1997), y los cortos É só um minuto(1998), Boris e Jeremias (2000), Da minhajanela (2004), EUROPA 2007 (2007) y Umroupão vermelho sangue (2009), entre otros.




miércoles, 6 de abril de 2011

Jello Biafra: moscas en la sopa yanqui

"No se supone que haya izquierda en los Estados Unidos: al menos no en el mismo sentido ni con la misma fuerza con que hay izquierda en el resto del mundo. Sin embargo, es vital convertir el debate sobre el futuro de la izquierda en un debate estadounidense." Ampliando este concepto en el capítulo "Estados Unidos: la esperanza del hombre común" de su libro "La alternativa de la izquierda", el brasileño Roberto Mangabeira Unger pone sobre el tapete la franca idea del desarrollo social y político de aquel país. En un modelo bipartidista de derecha representado por la alternacia en el poder de demócratas y republicanos, las negociaciones financieras y el cerco hermético de un sistema parlamentario visiblemente irremplazable en su status quo, las variantes ideológicas (en su ontología) se presentan en casos minoritarios. Quienes supimos admirar de adolescentes a Jello Bifra, voz cantante de Dead Kennedys en los 80's, vislumbramos que letras como "Kill the poor" o "California Uber Alles", por citar dos de miles, no eran simples adornos de fanzines punk. El activismo político de Birafra lo llevó, incluso, a presentarse en elecciones para candidato a gobernador de San Francisco. Recientemente, con la asunción de Obama a la presidencia, se encargó de demostrar que desde un análisis simplista de los puntos estratégicos de la actualidad estadounidense, se pueden unir los senderos de la política expansionista exterior, la crisis financiera de la burbuja inmobiliaria o las leyes inmigratorias. Estoy cerca de decir que el rigor y capacidad analítica de esta carta no tiene nada que envidiar a los últimos libros que leí sobre el tema: "La guerra y la paz en el siglo XXI" de Hobsbawn y "Estados fallidos" de Chomsky. Atenti con Bifra...
LA CARTA






PD: es la edición argentina, con una presentación no muy esclarecedora de Alfredo Rosso (y no es por Alfredo)

miércoles, 30 de marzo de 2011

Hermes, "El proceso" y Zizek

Si existe la esencia del alma, la mía es sencillamente burócrata. Es decir, mi propia entropía está conformada por un estructuralismo extremo. Y no es una contradicción, ¡son las dos caras de Jano!. Entonces, me manejo con una conciencia matemático-cartesiana cuyos males en la vida son un resumen de tarjeta de crédito con una compra cargada que nunca realicé, una nota de una materia aprobada en la facultad que no aparece en el sistema o un débito duplicado en un préstamo personal. Pero muchas veces me pregunto cual es el rol de la burocracia, que es ser un burócrata. ¿Fue solamente la URSS un Estado burocrático? ¿No son todas las naciones, del mismo modo, producto de la "voraz" burocracia? Leyes, decretos, sanciones, convenios. Listas de precios, contratos de trabajo, boletines oficiales. Seguros de todo tipo. Números: carnet de asociado de una obra social, de un club de fútbol o de una ART. A riesgo de no salir nunca de este laberinto, encontré una luz en Slavoj Zizek para entender un poco más de que se trata todo. Si bien su objetivo no es desasnar dudas acerca de estos conceptos, lo logra mediante "El sublime objeto de la ideología"*. En este texto, más precisamente en el capítulo "Cómo inventó Marx el síntoma", Zizek habla acerca de conceptos tales como el fetichismo de la mercancía, la máscara ideológica o del mundo estructurado en fantasía. ¿Cómo defender, desde estos términos, la idea de una burocracia omnipotente? Fácil. Como punto de partida, tomar la noción de fetichismo en el ámbito de lo social. Simplificando la ecuación, se puede mencionar lo siguiente: en el intercambio comercial, un billete de $ 100 vale más que un kilo de bananas. Si uno se detiene a pensar, la utilidad o valor intrínseco de cada uno es claro: el primero, antes de adoptar la forma monetaria, es un simple papel. Por su parte, el kilo de bananas sirve para una necesidad alimenticia que incluso puede formar parte de una dieta primaria. Más allá de esto, y de ser concientes de ello, en el intercambio actuamos "como sí" ese billete valiera por varios kilos de la fruta mencionada: somos fetichistas en la práctica, mas no en la teoría. Y es esto a lo que apunta Zizek. Sabemos racionalmente que la burocracia no es todopoderosa, pero actuamos efectivamente con la creencia de que si lo es. La realidad social se apoya en un "como sí": como si el presidente fuera la voluntad popular, como si la burocracia fuera omnipotente. En cuanto se pierde la creencia, la realidad social se desintegra. "La creencia sostiene la fantasía que regula la sociedad" remarca Zizek. Y entonces toma el ejemplo de "El Proceso" de Kafka: se aduce que el autor checo exagera con la imagen de lo burocrático, pero la puesta en escena de la fantasía opera en la realidad social. Y esa realidad social se apoya en la fantasía ideológica. Posteriormente, Zizek utiliza a Pascal y su concepción de que no obedecemos por convicción: no es obediencia real, ya que está medida por nuestra subjetividad. No obedecemos a la autoridad, sino que seguimos nuestro arbitrio, que nos dice que a la autoridad hay que obedecerla porque es buena. "Encontramos razones que justifican nuestra creencia porque ya creemos, no es que creamos porque hayamos buenas razones para creer", apunta el autor. La respuesta final de Pascal: abandona la argumentación racional y sométete al ritual ideológico. Por último, no me olvido de Hermes. Porque no hay más que ver un capítulo de Futurama para entender de qué hablamos cuando hablamos de burocracia. Simplemente, hay que levantar en andas a este personaje. *Zizek, S., "El sublime objeto de la ideología", S XXI, México, 1992

lunes, 10 de enero de 2011

Engels, el tapado

En un momento tuve la fantasía de que Marx era un invento del propio Engels. Ya no la tengo. Por otro lado, me gustaría reproducir una nota al pie del mismo Friedrich en "La ideología alemana":


"Permítaseme aquí un comentario personal. Últimamente, se ha aludido con insistencia a mi participación en esta teoría (materialismo histórico); no puedo, pues, por menos de decir aquí algunas palabras para poner en claro este punto. Que antes y durante los cuarenta años de mi colaboración con Marx tuve una cierta parte independiente en la fundamentación, y sobre todo en la elaboración de la teoría, es cosa que ni yo mismo puedo negar. Pero la parte más considerable de las principales ideas directrices, particulamente en el terreno económico e histórico, y en especial su formulación nítida y definitiva, corresponden a Marx. Lo que yo aporté -si se exceptúa, todo lo más, dos o tres ramas especiales- pudo haberlo aportado Marx aún sin mí. En cambio, yo no hubiera conseguido jamás lo que Marx alcanzó. Marx tenía más talla, veía más lejos, atalayaba más y con mayor rapidez que todos nosotros juntos. Marx era un genio; nosotros, los demás, a lo sumo, hombres de talento. Sin él la teoría no sería hoy, ni con mucho, lo que es. Por eso ostenta legítimamente su nombre."