lunes, 9 de marzo de 2009

Documentales por tres

El fin de semana me tocó ver un par de documentales (un par=tres) del "Festival Internacional de cine y documental musical" de Buenos Aires. Los que elegí los pasaban en el Atlas Santa Fe, con una entrada relativamente barata ($ 7,50) para lo que fue el disfrute de las proyecciones, excelente relación costo-beneficio. Por orden, los que vi fueron:

THE CLASH: WESTWAY TO THE WORLD (2000), de Don Letts

Creo que el que menos impactó. El recorrido de la historia de los Clash contado por los cuatro integrantes con varias imágenes de shows y anécdotas bastante conocidas, lo cual lo hizo quedar como un tradicional documental de rock. Destaco la parte de la explicación para el tema "White Riot" y un par de situaciones de Paul Simonon. Estuvo bien, digamos que arranca con un plus desde el vamos por ser una historia de los Clash, pero se podrían haber agregado más cosas: el historial de la banda es muy grande y su influencia muy amplia y heterogénea.

END OF THE CENTURY: THE STORY OF THE RAMONES (2003), de Jim Fields, Michael Gramalia

Imperdible. La compilación está hecha de tal forma que por momentos parece una comedia de enredos, con Johnny, Joy y, sobretodo Dee Dee como protagonistas. Sin embargo, esto no quita que la historia de la banda tenga un hilo conductor bastante claro, resaltando la influencia ramonera a lo largo del tiempo, sobretodo en el punk inglés y el hardcore de la costa oeste norteamericana. En el medio, situaciones como el origen de temas ("The KKK..." o "53rd & 3rd") o la grabación del disco que le da el título al documental (con la producción de Phil Spector) hacen que los 108' se pasen rapidísimo y uno se quede con ganas de más. Para los ramoneros, indispensable. Para los que no sabían tantas cosas de la banda, como en mi caso, también.


JOY DIVISION (2007), de Grant Gee

Particularmente, me pareció el mejor de los tres. Contado quizás de manera diferente, con mucha trascendencia en las imágenes y lugares, Grant Gree genera una atmósfera acorde con la oscuridad de la banda y cada fotografía es un punto clave que conforma un collage tremendo de la Manchester gris post-industrial donde se conformó la banda. Sin sentimentalismos baratos, es una historia muy bien narrada y a la manera de Joy Division, con una profundidad inexplicable.