domingo, 14 de diciembre de 2014

Asesinos

"En tanto que Aliona Ivanovna hacía esfuerzos por desatar el hilo, se había aproximado a la luz. En esta posición daba la espalda a Raskolnikov, y durante algunos segundos no se ocupó de él. El joven se desabrochó el gabán y separó el hacha del nudo corredizo; pero sin sacarla todavía, se limitó a tenerla con la mano derecha debajo del sobretodo. Sentía una terrible debilidad en todos sus miembros. Comprendía que cada instante que pasaba su debilidad iba en aumento; temía que se le escapase el hacha de la mano, y le parecía que todo le daba vueltas alrededor (…) El golpe dio precisamente en la coronilla, a lo cual contribuyó la escasa altura de la víctima. La usurera lanzó un grito débil y cayó desplomada; sin embargo, tuvo todavía fuerzas para llevarse los brazo a la cabeza. Entonces Raskolnikov que, como hemos dicho, había recobrado todo su vigor, asestó dos nuevos hachazos en el occipucio de la vieja."

("Crimen y Castigo", Dostoievski)

Ramón Mercader extrajo el piolet. Lo percibió caliente y preciso en su mano. Sin dejar de mirarla cabeza de su víctima, colocó la gabardina sobre el estante bajo, a sus espaldas, junto al globo terráqueo, que se tambaleó y estuvo a punto de caer. Ramón notó que sus manos se bañaban otra vez de sudor, su frente ardía, pero se convenció de que para terminar con aquella tortura solo necesitaba levantar la pica metálica (…)
-Esto es basura, Jacson-y cruzó con su lápiz la cuartilla, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha. En ese instante Ramón Mercader sintió que su víctima le había dado la orden. Levantó el brazo derecho, lo llevó hasta más atrás de su cabeza, apretó con fuerza el mango recortado y cerró los ojos. No pudo ver, en el último momento, que el condenado, con las cuartillas tachadas en la mano, volvía la cabeza y tenía el tiempo justo de descubrir a Jacques Mornard mientras este bajaba con todas sus fuerzas el piolet que buscaba el centro de su cráneo. El grito de espanto y dolor removió los cimientos de la fortaleza inútil de la avenida Viena.

("El hombre que amaba a los perros", Leonardo Padura)


sábado, 1 de junio de 2013

Houellebecq II. "Ampliación del campo de batalla"

"Algunos, entre los más jóvenes, llevan cazadoras con motivos del rock duro más salvaje; se pueden leer frases como Kill them all o Fuck and destroy!; pero todos comunican la certeza de estar pasando una tarde agradable, dedicada esencialmente a consumir, y por lo tanto a contribuir a la reafirmación de sus ser."

"No me gusta este mundo. Definitivamente no me gusta. La sociedad en la que vivo me disgusta; la publicidad me asquea; la información me hace vomitar. Todo mi trabajo informático consiste en multiplicar las referencias, los recortes, los criterios de decisión racional. No tiene ningún sentido. Hablando claro: es mas bien negativo; un estorbo inútil para las neuronas. A este mundo le falta de todo, salvo información suplementaria."

"La adolescencia no sólo es una etapa importante en la vida, sino que es la única etapa en la que se puede hablar de la vida en el verdadero sentido del término."

"Es fácil imaginar la vida que llevaban aquí los pescadores, con las misas de domingo en la pequeña iglesia, la comunión de los fieles cuando el viento sopla fuera y el océano se estrella contra las rocas de la costa. Una vida sin distracciones y sin historias, dominaba por una labor difícil y peligrosa. Una vida sencilla y rústica, con mucha nobleza. Y también una vida bastante estúpida."

"En general, aborrezco a los dentistas; los tengo por criaturas básicamente venales cuya única meta en la vida es arrancar el mayor número de dientes posible para comprarse un Mercedes con techo solar."

"Estudiantes de psicología, pequeñas zorras, eso es lo que pienso de ellas"


"En el fondo sé muy bien por qué aprecia tanto mi compañía: yo nunca hablo de mis amigas, nunca presumo de mis éxitos con las mujeres. Por eso se siente autorizado a suponer (por otra parte, con razón) que por uno u otro motivo no tengo vida sexual; y para él eso es un sufrimiento menos, un ligero alivio en su calvario."


"Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero; y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres; otros con ninguna. Es lo que se llama la ley del mercado."


"Metamos un chimpancé en una jaula demasiado pequeña, cerrada por cruceros de hormigón. El animal se vuelve loco, furioso, se arroja contra las paredes, se arranca los pelos, se inflige a sí mismo crueles mordiscos, y en el 73% de los casos acaba matándose. Ahora hagamos una abertura en una de las paredes, y coloquémosla al borde de un precipicio sin fondo. Nuestro simpático cuadrúmano de referencia de acerca al borde, mira hacia abajo, se queda mucho tiempo allí, vuelve muchas veces, pero por lo general no perderá el equilibrio, y, en cualquier caso, su irritación se calmará de modo radical."





sábado, 25 de mayo de 2013

Houellebecq I. De "Las partículas elementales"


"Lejos de ser los Rimbaud del microscopio que a un público sentimental le gusta imaginarse, los investigadores de biología molecular son, casi siempre, técnicos honrados, carentes de genio, que leen Le Novel Observateur y sueñan con ir de vacaciones a Groenlandia.

"Su abuela era católica y votaba a De Gaulle; sus dos hijas se habían casado con comunistas; pero eso no cambiaba mucho las cosas. Éstas son las ideas de una generación que había conocido en la infancia las privaciones de la guerra y que tenía veinte años cuando llegó la liberación, éste es el mundo que querían legar a sus hijos. La mujer se queda en casa y se encarga de atenderla (pero la ayudan mucho los electrodomésticos, así que puede dedicarle mucho tiempo a su familia). El hombre trabaja fuera (pero gracias a la robotización trabaja menos tiempo, y su trabajo no es tan duro). Las parejas son fieles y felices; viven en casas agradables fuera de las ciudades (los barrios periféricos). En sus ratos de ocio se dedican a la artesanía, la jardinería, las bellas artes.

"Empezaba a estar harto de aquella manía pro brasileña. ¿Por qué Brasil? Por lo que él sabía, Brasil era un país de mierda, poblado de brutos fanáticos del fútbol y las carreras de coches. La violencia, la corrupción y la miseria llegaban al cielo. Si había un país odioso era precisa y específicamente Brasil.

"No cabe duda de que Aldous Huxley era muy mal escritor, de que sus frases son pesadas y no tienen gracia, de que sus personajes son insípidos y mecánicos. Pero tuvo una intuición fundamental: que la evolución de las sociedades humanas estaba desde hacía muchos siglos, y lo estaría cada vez más, en manos de la evolución científica y tecnológica exclusivamente.

"El preadolescente es un monstruo mezclado con un imbécil, de un conformismo casi increíble; parece la cristalización súbita y maléfica de lo peor del hombre.

"Sophie -volvió a exclamar Bruno- ¿sabes lo que Nietzsche escribió sobre Shakespeare? ¡Lo que ese hombre tuvo que sufrir para tener tal necesidad de hacer el bufón!.

"El caso de las mujeres es diferente, porque siguen necesitando alguien a quien amar; cosa que nunca ha sido y nunca será el caso de los hombres. Es falso pretender que los hombres también necesitan cuidar a un bebé, jugar con los hijos, hacerles mimos. Por mucho que lo repitan desde hace años, sigue siendo falso. En cuando un hombre se divorcia, tan pronto como se rompe el entorno familiar, las relaciones con los hijos pierden todo su sentido. El hijo es la trampa que se cierra, el enemigo al que hay que seguir manteniendo y que nos va a sobrevivir.

"Después de unos años de trabajo el deseo sexual desaparece, la gente se concentra en la gastronomía y el vino.

"En cuanto uno entra en el mundo del trabajo, todos los años se parecen. Los únicos acontecimientos que quedan por vivir son los médicos.




domingo, 15 de julio de 2012

Análisis del discurso peronista

Me encontré con una trilogía interesante para abordar la cuestión discursiva dentro del peronismo. Claramente puede servir para complementar y agregar elementos en la discusión sobre el populismo que plantean, entre otros, Laclau, Aboy Carlés y Vilas, poniendo en cuestión los tópicos relacionados con el institucionalismo o el vacío político.
Las trabajos son las siguientes:

1-Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina (Daniel James, 1988)

La investigación de James se centra en los focos de resistencia del movimiento obrero peronista dados en contraposición al círculo vicioso “pactista” que se conformó luego de la caída de Perón. Si bien hay capítulos puntuales para observar la temática del discurso (“Ideología y resistencia en la resistencia peronista” como ejemplo) el libro ubica fragmentos de la palabra del caudillo en muchas de sus partes, relacionando cada temática con el paradigma político de su corriente.



2-Perón o muerte. Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista (Silvia Sigal-Eliseo Verón, 2003)

El trabajo de Sigali y Verón es central para el análisis del fenómeno discursivo en el peronismo. Los autores hacen un recorte muy abarcativo, tomando no sólo la palabra de Perón, sino también aquellos discursos que lo incluían como voz legitimante, ya sea desde la Juventud Peronista como de la cúpula sindical enfrentada a esta última. Es un libro para tener en cuenta al momento de pensar la articulación entre política, historia y discurso en la sociedad Argentina.



3-Los años de Menem. La construcción del orden neoliberal (Alfredo Pucciarelli como coordinador, 2011)
“Los años de Menem” es una obra que incluye artículos de varios investigadores, y cuyo fin es desentrañar el método y las formas que llevaron al país a conformar un idilio momentáneo con las políticas neoliberales. También atravesado por análisis discursivos, es el capítulo de Paula Canelo, “Son palabras de Perón”, el que pone especial atención en las similitudes y el uso de la palabra peronista desde la voz del propio Carlos Menem.



domingo, 24 de junio de 2012

El salteador de caminos

John Simon Ritchie, o John Beverley, o Sid Vicious, no fue el mejor bajista. Tampoco el mejor cantante, pero su fama como ícono punk justamente se emparentaba a sus limitaciones como artista. O mejor dicho, a que cualquiera podía ser parte de un grupo musical sin tener que adecuarse a las normas y estándares de la jerarquía del sonido. Más allá del "hazlo tú mismo" y todas las características que introdujo el punk, Vicious tenía un buen gusto musical (desde Hawkind o Syd Barret, pasando por su fanatismo hacia Bowie) y hasta incursionó en la pintura cuando aún no formaba parte de la escena rockera londinense. Henry Sabini era compañero suyo en la Hornsey Art College, y su palabra aparece en la biografía de Alan Parker sobre el ex-bajista de los Sex Pistols. Sabini cuenta que "John siempre se quejaba de que los profesores eran unos inútiles. No veía porqué era necesario aprender a dibujar desnudos. Intenté explicarle que una vez que aprendías a dibujar debidamente, entonces es cuando podías empezar a jugar, pero él no quería pasar por eso". Para él, las obras de Sid, las cuales firmaba bajo el seudónimo de "Salteador de caminos", eran "muy adolescentes" y "artísticamente muy pobres".

Para juzgar los trabajos, bajé un par de imágenes, donde se ven algunos caracteres surrealistas...















Y hasta una representación de una mezquita...




Hay más en la página que creó su primo: http://www.theviciousfiles.co.uk/frame1.html