sábado, 16 de abril de 2011

Embriagaos

Baudelaire en "El spleen de París"

Hay que estar siempre ebrio. Todo consiste en eso, es el único tema. Para que no sintáis la horrible carga del tiempo que os destroza los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaos siempre. ¿Pero con qué? Con vino, poesía o virtud; a vuestro gusto. Pero tenéis que embriagaos. Y si a veces, en las escalinatas de un palacio, en la verde hierba de una zanja o en la triste soledad de vuestro cuarto, os despertáis con la embriaguez disminuida o desaparecida, preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al reloj, a las aves, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntad que hora es; y el viento, la ola, la estrella, el reloj y las aves os responderán: "¡Es la hora de embriagarse! Para no ser esclavos martirizados del tiempo, embriagaos, embriagaos constantemente. De vino, de poesía o de virtud; a vuestro gusto."

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